jueves, 9 de agosto de 2012

...y sin querer disparó la frase... un misil certero aniquiló sus sueños. Ella respiró profundo y sintió estrujar el alma. Se le nubló la vista, hirió de muerte a sus fantasías y se convirtió en realista... 

miércoles, 16 de febrero de 2011

La Silla

  De vez en cuando encontrarán en este lugar pequeños cuentos en donde relato historias de amor. Este es especial porque fue el primero que escribí.



No importaba si en realidad hacía frío o calor, si llovía o nevaba, él siempre se sentaba en la misma silla detrás del cristal del inmenso ventanal que había en la sala principal de su casa.  Pasaba horas en ese lugar, muchos podrían asegurar que pasó días en la misma posición.  Sentado en esa silla, miraba el horizonte y sólo recordaba aquello que había dejado escapar.
Sus sienes pintaban canas, su rostro aún estaba despejado de arrugas profundas pero sus años se notaban en su mirada. 
De vez en cuando se levantaba y se servía la copa del mejor vino que hubiese en su bodega y volvía a su lugar.  Ya había perdido la cuenta de la cantidad de años que llevaba realizando el mismo ritual, pero no había perdido el motivo, eso lo tenía presente cada uno de sus días.  Si sólo pudiese volver el tiempo atrás… Si la vida le permitiera sólo por una vez volver a empezar.
Tenía todo aquello que había soñado y por lo que tanto había trabajado.  O casi todo… .  A ella no la tenía y era ese su mayor vacío; y también su mayor responsabilidad.
El dolor lo dejaba perplejo, sin movilidad, sin reflejos. De vez en cuando se permitía soltar algunas lágrimas, pero sólo algunas.  Su mente le decía que no tenía derecho ni siquiera a llorar a esa mujer que marcó su vida para siempre. 
Una copa de vino podía durarle horas eternas porque eternos eran los momentos en que se sentaba a añorar lo que pudo ser y no fue.
A veces pensaba que estaba loco y que todo era producto de su alucinación,  que se iba a despertar y se vería joven, abrazado a ese cuerpo que tantas noches de verano lo encendió. Pero cuando miraba a su alrededor, la realidad le daba el más duro de los golpes y ahí se encontraba, solo, sin la juventud, sin ese cuerpo y sin esa mujer. 
No le hacía falta mucho esfuerzo para poder recordarla.  Tenía la sonrisa más hermosa que vió.  Sabía como hacerlo sentir un rey pero también como darle el mejor de los retos sin enojarse siquiera. A su lado todo era fácil.  Con su mirada le mostraba su alma cada vez que él quisiera.  Que lindo era mirarla!  Se podían tocar durante horas y de esa forma descubrirse sin vergüenza, como si fuesen dos niños. Podían conjugar la pasión y la ternura; si alguien pudiese haberlos espiado envidiaría la conexión que había entre esos dos seres. Eran ellos solos en el mundo, no había nadie más, el tiempo se detenía si ambos así lo querían y podían pasar toda una noche intercambiando carcajadas con besos, caricias y el sexo más instintivo que tuvieron los dos en toda su vida.  Si bien eran jóvenes todavía, ya no eran dos chicos y disfrutaban el haberse vuelto adolescentes por unas horas cada vez que estaban juntos. 
Ella solía acariciarle el pelo mientras él dormitaba sobre su pecho al tiempo que  recuperaba fuerzas para un nuevo embate.  Se olían todo el tiempo, les fascinaba el aroma del cuerpo del otro.  Entre esas cuatro paredes se levantaba el templo del amor más puro que la historia pudo haber encontrado.  
No pasaba un momento en donde él no se preguntara cómo fue capaz de dejar pasar de una manera tan idiota su propia felicidad, su dicha absoluta, cómo pudo perder la única forma  de sentirse pleno.  Nunca intentó nada, jamás había sido capaz de asumir lo que le pasaba y ese fue el principio del fin.  Ahí comenzó a dejarla ir.  Se dio por vencido antes de empezar la batalla.  Su juventud lo hizo creer eterno y ahora, cuando la vida le pasaba factura, se asumia responsable de su absoluta infelicidad.
Ella se había cansado de esperar algún gesto de ese hombre que le quitaba el aliento y sin proponérselo fue trazando su camino por otro lado.  Nada la hubiese hecho más feliz que el poder envejecer a su lado; pero él no le dio chance.  Fue categóricamente cobarde y ella no estaba dispuesta a luchar por alguien que no tenía el valor suficiente como para  merecerla.  Era una mujer con mayúsculas, esas de las que se encuentran poco y estaba decidida por primera vez en su vida a hacerse valer como tal.
Nunca perdieron el contacto del todo, los dos estaban al tanto de que le ocurría al otro. Ella siempre sonreía cuando alguien le contaba de él, tenía la tranquilidad de haber intentado todo y eso le daba paz. En cambio cuando él sabía de ella millones de dagas le atravesaban el corazón de un lado al otro, sentía un vacío en el estómago, le aumentaba la respiración y el mundo dejaba de tener verdadero sentido, se paralizaba. Se odiaba con toda la fuerza de su propia existencia. 
Nunca nadie entendió muy bien como fueron las cosas, creo que ni ellos mismos pudieron algunas vez explicarlo; sólo se esfumó en el tiempo, dejó de ser.  En un primer momento ella se sintió traicionada, él en cambio no se dio cuenta. Tardó un tiempo hasta descubrir realmente todo lo que esa mujer significaba, claro que cuando lo descubrió en primera instancia no hizo nada y cuando quiso hacer algo ya era tarde.
Intentó reconstruir en su mente cada uno de los momentos y sensaciones y a medida que pasaba el tiempo eran más los detalles que encontraba.  De  haber prestado atención a lo que le pasaba con cada gesto de ella se hubiese dado cuenta que estaba perdido y enamorado.  Su peor error fue creer que el mañana era eterno, que lo iba a esperar toda la vida, que en cualquier momento se volverían a cruzar como lo hicieron una vez.  Pero no fue así, prefirió refugiarse en su mundo superficial y ella decidió vivir su vida como siempre quiso, arriesgando todo a cada instante, porque para ella vivir era importante. 
Durante un tiempo mató su soledad con mujeres que sólo le entregaban su cuerpo, con las que no se conectaba profundamente desde ningún lugar.  Ninguna era igual a ella, ni siquiera podían imitarla, eran maniquíes de plástico, cuerpos sin alma, y si tenían alma a él no le interesaba.  Le endulzaban el oído y lo hacían sentir un playboy, eran tan diferentes a la mujer que había dejado ir que de a poco fue despertando de el sueño en el que vivía y su vida se convirtió en  pesadilla. Cuando calmo a su cuerpo se le agitó el alma y reaccionó; la extrañó con furia e intentó buscarla.  Volvió a sus lugares, recorrió caminos y calles.  Ella no aparecía.  Indagó a amigos y murió en vida… ya era tarde… ella era feliz sin él.
Intentó creer que no le importaba y que lo superaría, pero no pudo, el dolor le quebró el alma en mil pedazos.  Enfermó de tristeza, conoció el rostro lúgubre de la soledad y  se odió. 
Si alguna vez se había sentido un cobarde, ahora era peor.  Asumió su fracaso y se encargó de maltratarse cada vez que podía.  Quienes solían verlo podían asegurar que el tipo buscaba morir e intentaba todo para hacerlo. Claro que no tenía tanta suerte.  De haber muerto como el pretendía, su dolor e impotencia se habrían terminado con él. Pero ese era justamente su castigo, tener que convivir con la cara visible de su estupidez. 
Trataba de no salir mucho, temía cruzarla y comprobar que eran reales todos sus miedos. No contestaba llamadas para no tener que acudir a ningún evento.  A medida que el tiempo pasaba menos se sabía de él.  Sólo algunos vecinos de vez en cuando podían observarlo sentado en su silla mirando la vida tras el ventanal día tras día. 
Todos se preocuparon y ella también.  Los amigos intentaron acercarse pero él cada vez se encerraba más.  Ahora tampoco contestaba cuando llamaban a su puerta.  Se volvió un ermitaño, un ser oscuro.  Aquellos que lo conocieron en profundidad afirmaban que solía ser el más divertido de los seres, con una vida social muy activa, tenía muchisimos amigos y siempre había algun plan para llevar a cabo. Era tan diferente al hombre que ahora encontraban que costaba creer que fuera la misma persona.  Su familia ya estaba resignada y decidió llevar a cabo el último intento para recuperlo.
Fue así como la llamaron, le pidieron que hiciera algo, sabían que no tenían ningun derecho pero también sabian que en el fondo a ella todavía le quedaba el recuerdo de ese amor que no pudo ser.  Sus ojos se humedecieron y se compadeció de esa mujer mayor que intercedía por su hijo como si fuera un niño aún.  Lloro en soledad, lloro mucho.  Tenía dolor e impotencia.  Tenía bronca.  Volver el tiempo atrás era imposible, y era imposible escribir la historia de nuevo.  Había amado tanto a ese hombre y al mismo tiempo lo había odiado tanto.  La vida no había sido justa con él porque él no había sido justo con ellos dos.  Los había condenado a estar separados.
Meditó mucho antes de tomar una decisión y por fin se paró frente a su puerta.  Le temblaba el cuerpo entero, de golpe había retrocedido 20 años de su vida, estaba tan nerviosa como cuando era joven.  Golpeó pero él no contestó.  Volvió hacerlo un par de veces más hasta que la puerta se abrió.  Por un instante el silencio ganó espacio y se adueñó del lugar.  No hizo falta palabra alguna, se abrazaron fuerte, como antes, como si el tiempo no hubiese pasado.  Lloraron y volvieron a confundirse en un abrazo.  La ansiedad y el recuerdo ganaron terreno y no pudieron evitar besarse hasta sangrar.  Y entre beso y beso reapareció el instinto y volvieron a ser jóvenes y se amaron.  No hubo reclamos ni reproches.  Ella volvió a acariciarle la cabeza con la misma ternura y él volvió a recostarse en su pecho.      


Siempre que lo leo me queda la sensación del después de ese último encuentro, todavía no lo sé a ciencia cierta, pero estoy segura que cuando sepa que paso con ellos, un nuevo cuento relatará su historia







lunes, 14 de febrero de 2011

Una novia sin San Valentin

He recibido un mail que me encantaría compartir con todos ustedes, es especial porque fue la primera persona que se atrevió a contar un poco cual era el panorama de su vida amorosa. Por una cuestión de privacidad vamos a llamarla "Roldi" (así lo pidió y así será). 
No voy a cambiar una coma de su relato, se los voy a transcribir tal cual ella lo hizo.

"Por alguna extraña razón, con el correr de los años me di cuenta que me convertí en la CHICA IDEAL para la mayoría de mis ex, digo EX porque siempre me lo cuentan unos años después de terminar la relación.
Qué es la chica ideal? Analizando mi comportamiento con ellos, puedo reconocer denominadores comunes: no invasiva, compañera, emprendedora, compresiva, abierta al diálogo, simpática, tolerante, inteligente, ocurrente... y para darle un toque de humor, camino derecho y hablo de corrido...
Esto me pone a pensar que es lo que realmente quieren ELLOS, si soy la IDEAL, que les hace elegir a otra para tener todo lo que quisieran tener conmigo?
Uno me contó 4 años después, que fui tema de su terapia, que en mi encontraba todo lo que buscaba de una NOVIA y sin embargo mientras estuvo conmigo no hacía más que darme el trato que tendría una NN y todo esto sin pagar ni un peso...
Otro, un hombre ya de negocios, casado con quién fue su novia después que termináramos, le confiesa a mi hermano que él sabe que la última persona que va a estar al lado suyo... si, si, voy a ser yo, perdón?
Uno al pasar, no sólo que me deja por mail, si no que me aclara que él siente que la historia no está terminada, que conmigo dá para mucho más, pensándolo bien llevo una relación de 6 años!
Así podría contar algunas más, pero el broche de oro se lo lleva EL RECIEN CASADO, que a meses de su fiesta y firma de libreta, café de por medio él, té yo, empieza a hablarme de su vida y me confiesa muy tranquilo que se "equivocó", que con quien debería haberse casado, vivir en pareja, irse de viaje, etc, etc, era conmigo, que se sintió sólo en un momento de su vida y bueno... que su mujer era una "buena piba"... HOLA A TODOS!!! Y yo que soy???"

La verdad que después de leer la historia de Roldi casi me he quedado sin palabras, lo único que puedo decir es que los hombres que te han tocado en suerte (o no tanta...) son absolutos hijos del rigor o al menos les gusta sufrir un poco. A lo mejor estaría bueno que dejáramos de ser las nenas buenas las cuales pueden ser presentadas a mamita, y convertirnos en las verdaderas zorras y perras que los tienen a mal traer. A lo mejor de esa forma mi querida amiga en el próximo San Valentín seas una novia con flores, bombones y cupidos! 

domingo, 13 de febrero de 2011

El Día de San Valentín

Reliquias de San Valentin en la Parroquia Uraz en Silesia, Polonia


Reliquias de San Valentin en la Iglesia de Santa Maria en Riotinto, Roma
Tengo que admitir que me gusta el romanticismo siempre y cuando tenga con quien compartirlo. 
Para una mujer sola (o un hombre por que no) estas fechas son difíciles de entender y digerir.  Por donde vayas todos te invitan a celebrar el “mes del amor”, el “día de San Valentín”. 
San Valentín, una celebración que todavía no está muy clara de donde viene y a quien recordamos en ella. Según la tradición cristiana son tres los “Valentines” y aún no saben a quien le hacemos los honores. 
Uno de ellos era un médico convertido a sacerdote que casaba a los soldados, cuando eso no estaba permitido por el Emperador Claudio “el gótico”. El otro era un obispo del cual mucha información no hay. Y el tercero un pobre y solitario mártir que murió en África.
En los países nórdicos estas celebraciones coinciden con la época en donde los pájaros se emparejan y aparean, de ahí surge que en estos lugares se vea a estas fechas como símbolo del amor y la creación. 
No en todos los países del mundo se celebra el 14 de febrero como el “Día de San Valentín”, muchos celebran el “Día del amor y la amistad” y otros simplemente ni los festejan. 
En Brasil el día de los enamorados es el 12 de junio. En Colombia se celebra en Septiembre. En Egipto el 4 de Noviembre, entre otros. 
En muchos los festejos no se acotan únicamente a las parejas de esposos o novios, también se les rinde homenaje a los amigos y la familia. 
Otros países como el nuestro o España comenzamos a celebrar el 14 de Febrero simplemente por una cuestión comercial en primera instancia y luego (como siempre) se transformó en casi una tradición imposible de pasar por alto.
No me parece mal que los enamorados tengan un día para poder festejar su amor, al contrario, cuando pude lo festejé. En esos días los restaurantes agotan sus reservas, se venden flores y bombones y casi todos se sienten obligados a llevar aunque sea un pequeño detalle a su media naranja. 
En países como Japón son las mujeres las que deben regalarles a los hombres y ellos en agradecimiento les regalan un mes después, es decir el 14 de Marzo. 
La realidad es que de la forma que sea el 14 de Febrero veremos muchas parejas prometiéndose su amor eterno y festejando la coincidencia que los hizo estar en el lugar y el momento indicado. 
Veremos a muchas mujeres llevando rosas que les fueron regaladas. Otras compartirán los chocolates o bombones que les trajo un correo privado a sus oficinas. Las más privilegiadas lucirán orgullosas algún detalle un poco más costoso.
Sea de la forma que sea, celebrar el amor es también celebrar la vida, por más que nos quejemos el amor nos moviliza, nos conmueve. Nos hace sentir plenos cuando lo tenemos con nosotros y lo odiamos cuando mira hacia otro lugar. El amor nos hace eternos si así queremos, porque todos venimos de él. 
Los que tengan con quien levanten sus copas y mírense a los ojos. Los que no, no pierdan las esperanzas, el amor siempre está, a la vuelta de la esquina o al final del camino.
Feliz San Valentín para todos!!!!

Mision Cero

Los hombres le temen al compromiso o le temen a lo que el compromiso hace a las mujeres? será cierto que cuando tenemos la seguridad del hombre a nuestro lado nos transformamos increíblemente en las brujas de los cuentos?
Y si en realidad cambiamos, es por propio instinto o ellos sin querer nos transforman?
Desde pequeñas nos adentramos en un mundo de hadas y princesas sumisas y buenas, incapaces de lastimar a nuestro príncipe, que como tal, llega a nuestras vidas casi heroicamente. Entonces después de haber mamado tanto cuento azul, como es posible que el hechizo dure sólo hasta los primeros 3 meses de relación para que después no soporten ni siquiera cuando nos reímos?
No soy la más experimentada en relaciones exitosas, al contrario, colecciono fracasos pero no pierdo las esperanzas. En mi caso todo siempre comienza bien pero por alguna extraña razón todo se esfuma en poco tiempo. 
Intentando entender y echar un poco de luz en el sinuoso camino de las relaciones amorosas, emprendo hoy la tarea de documentar de alguna forma los tramos de mi incomoda vida sentimental y el de mis amigas.
Debería comenzar por presentarme pero la verdad no se de que forma hacerlo, soy una periodista de 35 años, vivo sola en la ciudad de buenos aires, una de las cosmos más importantes del mundo y como tal exige el éxito en todo sentido de sus habitantes. El fracaso no está bien visto y no es posible vivir despreocupada de la opinión ajena. 
Entre las mujeres, el éxito se traduce a lo último en moda y a un hombre al lado. De lo primero casi no puedo quejarme, mi nivel de vida me permite tener un guardarropas actualizado, pero en cuanto a los hombres  no logro aprender todavía. Juro que lo intento, o al menos eso creo. Pero los hombres se complicaron en los ultimos tiempos. 
Muchas veces miro su compartamiento tanto solos como en grupo y puedo asegurar que no tienen nada que “envidiarle” a las mujeres. Su nivel de histeria e inseguridad no tiene mucho que restarle a nuestros problemas hormonales, que por cierto, son absolutamente reales!
Los hombres de esta era se han acostumbrado a la mujer hiper independiente que es capaz de invertir sus roles con ellos y ser quien toma la posta para “encarar” al otro. 
Yo odio este feminismo que invirtió papeles y les hizo creer que podemos asumir papeles que son ABSOLUTAMENTE  de ellos.
Crecí escuchando las historias de amor de mi abuela, mis tias y mi mamá, y siempre soñe con un hombre que asumiera su rol como tal. 
Alguién puede explicarme por qué razón tengo que tomar yo la delantera en una relación? “Ustedes quieren igualdad”, me contestó mi (como llamarlo…) pareja. “Wrong Answer” me decían en mis clases de ingles. No quiero esta igualdad!!!! Quiero ser mujer y que ustedes señores, sean hombres!!! Es tan difícil??
Parece que con sólo un par de interrogantes el asunto no va a cambiar, es por eso que a partir de hoy intentaré recopilar historias divertidas y no tanto de mujeres actuales; mujeres de este mundo que bregan por tener una vida un tanto más feliz de la que tienen. 
Hoy comienza mi compromiso con ellas y conmigo misma, intentaré darle forma a este raro mundo de las relaciones amorosas, que por cierto, son las más lindas de este mundo!
Planeta tierra, preparensé para enterarse de todo lo que una chica desea realmente… un principe azul, un sapo encantado, o un hombre simple?… Allá vamos!!!!